Velas Vallarta, una sorpresa que se hará tradición
Quería pasar unos días en el Pacífico para relajarme, disfrutar y divertirme; así que me hospedé en Velas Vallarta y sin duda resultó una grata sorpresa al tener una experiencia increíble.
Desde que llegamos pudimos notar la actitud de servicio que tanto mencionan en reseñas de internet; desde el check in ya te están consintiendo con una toalla húmeda y una bebida para refrescarte y comenzar olvidar todo, pues de aquí en adelante el objetivo es hacerte sentir como rey.
Reservamos la suite de lujo de 1 recámara porque solo viajamos mi pareja y yo, fue una excelente decisión porque era tan espaciosa que no me sentía como en mi casa, ¡me sentía mucho mejor! Al entrar a la suite puedes notar un aroma riquísimo; la persona que nos llevó se aseguró de que todo estuviera en orden antes de retirarse mientras nos mencionaba algunas de las actividades que podíamos realizar durante los días que estaríamos hospedados, y también nos sugirió los platillos para comer en La Ribera y nos dio un tip que me pareció un poco extraño ¡no dejen de probar el guacamole!
Uno de los grandes atractivos del resort es su piscina con río lento en medio de verdes jardines y estanques con peces koi, el lugar perfecto para relajarte con un coctel del AquaBar en el agua o en los camastros. Sin embargo, también en la playa los meseros siempre están atentos y listos para atender cualquier petición que tengas.
El restaurante La Ribera, además de tener una ubicación perfecta (justo a la orilla de la playa en la que puedes apreciar el mar) tienen opciones en el buffet o a la carta; mientras nos decidíamos y revisábamos el menú trajeron guacamole, y recordando lo que antes nos habían dicho, lo probé… ¡qué cosa tan más deliciosa! Sin duda el mejor guacamole que he probado. Nuestro mesero, atento en todo momento, nos sugirió probarlo todo y se veía tan rico que desee poder hacerlo.
Durante nuestras vacaciones pudimos pudimos realizar un tour en kayak muy padre y si tienes tiempo suficiente (o no tomarás avión de regreso) también puedes pedir una clase de inducción para bucear.
La estación de crepas junto al lobby fue otro de mis deleites; ahí mismo por las noches puedes disfrutar de música de mariachi en vivo y por si fuera poco, cada domingo tienen una fiesta mexicana la cual vale mucho la pena pues tienen artesanías locales para comprar, estaciones de antojitos mexicanos, tacos y ensaladas, presentan bailes regionales de todo el país y un animador es el encargado de mantenerte feliz en todo momento.
Como la experiencia de relajación no estaba completa, me fui al Spa para agendar un masaje que pedí para primera hora por la mañana: 50 minutos de masaje son el mejor comienzo para un día irrepetible.
Por la noche fuimos a cenar a su restaurante Andrea en el cual hay noches temáticas y esa noche era comida francesa, todo estuvo riquísimo; como recomendación personal ¡prueben todos los postres!
Definitivamente este resort es un paraíso vacacional altamente recomendable.
Reseña de Sahara Zúñiga