Por Verónica Toro
El avistamiento de ballenas jorobadas es un increíble suceso que se da durante los meses de diciembre a marzo, en las playas de la Bahía de Banderas. Consiste en la migración de estos cetáceos para procrear a sus ballenatos y alejarse de los mares de donde son originarias (comúnmente de Alaska y Canadá); esto sucede ya que las crías se encuentran muy débiles para sobrevivir a las heladas y fuertes corrientes oceánicas.
Los ejemplares que mayormente visitan nuestro país provienen de Norteamérica. El Pacífico mexicano es uno de los destinos preferidos por estas especies para su migración y reproducción. Las hembras son las encargadas de enseñarles a sus hijos a respirar, nadar, saltar, etc., mientras que los machos tratan de impresionar a las hembras mediantes saltos, chapuzones y cánticos largos y suaves para cortejarlas.
Estas criaturas marinas pesan alrededor de 30 toneladas; por lo tanto, éste es un espectáculo único pues para estos animales no es tan sencillo saltar desde las profundidades del mar hasta la superficie; se puede vivir esta experiencia desde un barco o de la playa.
La mayoría de los tours tradicionales duran aproximadamente de 2 a 4 horas. La seguridad de estos cetáceos está garantizada por la Norma Oficial Mexicana. Son una especie muy protegida: tocarlas o alimentarlas está prohibido por seguridad tanto de las ballenas como de las personas que van a disfrutar el show.
En México se pueden llegar a encontrar hasta 4,500 ejemplares de ballenas cada temporada; se reproducen en lugares como en Los Cabos, Isla Isabel, Bahía de Banderas, Islas Marías, Golfo de California, Islas Revillagigedo y Colima.