Por Vanessa Martínez del Río

La vasta biodiversidad de México, es uno de los principales atractivos turísticos de este país. Ubicado entre las 5 primeras naciones que albergan el mayor número de especies, estimado entre el 10% y 15% del total a nivel mundial, no sorprende saber que de las siete variedades de tortugas marinas, seis de ellas llegan a costas mexicanas. Lo anterior ha ubicando a Jalisco y Nayarit entre la lista de los 12 estados privilegiados con la visita anual de estos bellísimos ejemplares del reino marino: después de la playa La Escobilla en Oaxaca, Puerto Vallarta y Nuevo Vallarta son la segunda playa más importante de anidación, y en total las costas del Pacífico central en México registran un estimado de 200,000 nidos por año.

El contacto que el ser humano tiene con las tortugas marinas es tan breve, que apenas conoce algunos aspectos de su vida en mar abierto y comportamiento social: las tortugas marinas son animales solitarios, pasan más del 90% de su larga vida en el mar, pueden llegar a vivir 100 años y migran largas distancias entre el lugar en el que se alimentan y el que anidan.

Debido a que sólo las hembras pisan nuevamente tierra parar desovar y regresan una vez más a su hábitat tan pronto depositan alrededor de 100 huevos, representa un honor tener la oportunidad de presenciar el arribo de una tortuga madre a la playa o acompañar a las tortugas recién nacidas durante su camino al mar, lugar donde pasarán al menos 8 años antes de regresar una vez más a la playa que las vio nacer: una particularidad que sólo se observa en las tortugas ‘golfinas’.

Por ello, año con año se dan cita en el Pacífico mexicano miles de visitantes de diferentes partes del mundo para ser testigos de la belleza de este espectáculo. Aunque la temporada oficial de arribo es de agosto a diciembre, se empiezan a avistar llegadas desde inicios de junio. Así que durante su próximo viaje a Puerto Vallarta y Riviera Nayarit, sea bienvenido a vivir una experiencia que quedará grabada por siempre.