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Jardín Botánico: vive al máximo la naturaleza

Después de la primavera, el verano también da la bienvenida a una época llena de colores vibrantes y largos días soleados. El cálido clima, así como las espontáneas y agradables lluvias crean un ambiente especial en la naturaleza. Las carreteras reverdecen y los árboles florecen. Hay un lugar muy particular al que puedes ir y yo te recomiendo mucho que lo hagas, ¡no te vas a arrepentir! Me refiero al Jardín Botánico de Puerto Vallarta, el cual ha sido galardonado recientemente como el 4to. mejor Jardín Botánico de toda América Latina. Esto quiere decir que a 30 o 40 minutos de tu hotel o casa, te espera un lugar de ensueño.

¿Qué encontrarás?

Al entrar, te darás cuenta que hay varias secciones; se divide principalmente entre senderos, jardines y zonas específicas.

Tiene caminos con diferentes niveles de dificultad y se encuentran muy bien señalados. Por ejemplo, está el Sendero del Jaguar y el de la Chachalaca, que son para quienes gustan aventurarse un poco más y tienen experiencia en senderismo. Al ir caminando entre los árboles, podrás apreciar diferentes tipos de troncos, hojas, flores y frutos; hay árboles de cacao, de café, plantas con piñas y muchas otras especies. Todo está señalado, por lo que además de ser un paseo, vas a salir con nuevos conocimientos.

Por cierto, los jueves en la mañana hacen un recorrido especial de avistamiento de aves y mariposas, porque en tu recorrido hallarás muchísimas.

Mi sección favorita es el invernadero de orquídeas. El Jardín Botánico se distingue por ser el hogar de cientos de miles de especies de esta hermosa flor. Parece un lugar sacado de algún cuento; una estructura grande en medio de montañas e imponentes árboles, a la que entras y te sumerges en un ambiente con música clásica y pasillos llenos de color.

También hay una sección de plantas del desierto. Date una vuelta y descubre las diversas especies, no solo el cactus que tienes en algún rinconcito de tu hogar como decoración. ¡Por cierto! Te van a dar ganas de llevarte todo lo que veas. Esto será posible porque otra de las cosas que hay en el Jardín Botánico es una tienda de souvenirs y un vivero para comprar tu nueva planta favorita.

Junto al vivero está un agradable patio con un jardín de flores acuáticas y un edificio estilo hacienda. Aquí viene mi segundo lugar favorito: el restaurante. Se encuentra en un segundo piso y te ofrece la mejor vista de la Sierra Madre. Imagínate que después de caminar por varias horas, te sientas en un rústica mesa y te ofrecen una refrescante bebida; la disfrutas mientras sientes el aire en tu rostro y contemplas el hermoso paisaje, escuchas el canto de las aves, reflexionas sobre todo lo que has visto y lo maravillosa que es la naturaleza. Y en eso, aparece una deliciosa pizza en tu mesa y continúa la convivencia.

Bueno, no te cuento más detalles; mejor organízate con tu familia o amigos y ve pronto a descubrirlo por ti mismo, ya que también hay un estanque, un río, una pequeña capilla, la zona de mariposas y más secciones de flora silvestre. ¡Además es pet friendly! Si eres un dueño responsable, puedes llevar a tus mascotas de paseo.

Recomendaciones

Todos pueden recorrer los diferentes caminos, pero es bueno considerar lo que los expertos te dicen. Es recomendable llevar ropa cómoda o deportiva, así como un buen par de tenis, gorra, bloqueador y repelente para mosquitos. No es necesario llevar alimentos o bebidas, pues no se permite la entrada de víveres.

¿Cómo llegar?

El Jardín Botánico de Puerto Vallarta se encuentra en la Carretera Puerto Vallarta – Barra de Navidad, Km. 24, unos minutos después de pasar Mismaloya. Es fácil llegar en auto propio, en taxi o transporte público.

Está abierto todos los días de 9 de la mañana a 6 de la tarde pero hasta el mes de noviembre, los lunes permanecerá cerrado.

El costo del acceso es de $200 pesos por persona y los niños menores de 4 años entran gratis.

¡Realmente espero que pronto tengas la oportunidad de conocer esta joya de Puerto Vallarta! Es increíble conectar de esta forma con la naturaleza, y muy necesario hacerlo de vez en cuando para olvidarte de la vida cotidiana.

Por Lucía de la Parra.

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